domingo, 4 de mayo de 2014

Las últimas ocho semanas del año

Recta final
Entramos en la parte final del año y nos acercamos a la literatura contemporánea Española; pero antes de ver de manera formal el tema quiero dejar claro los aspectos que vamos a trabajar este período, por lo tanto, vincularé tanto el plan de asignatura, como el plan semanal de clase.

Plan de asignatura

Planeación semanal


domingo, 6 de abril de 2014

Penúltima Semana del III período

El Realismo

Bueno chicos, ya estamos en la penúltima semana del tercer periodo, y ya es hora de ir cerrando las temáticas que a la fecha hemos venido trabajando, y adicionalmente aquellas que nos queda por abordar. Empezamos en tercer periodo empalmando la literatura del siglo XVII cuya gran producción barroca estuvo en el viejo hidalgo, “Don Quijote de la Mancha”, obra que ha sido baluarte de la lengua española y de la literatura mundial. Luego vimos la cultura del siglo XVIII y todas las implicaciones que ella tuvo, no sólo en España, sino, en toda Europa, posteriormente llegamos a buen puerto hablando del Romanticismo; en este recorrido histórico hablamos sobre autores, obras y su papel en ella. Ahora llegó el momento del cierre con tema “el realismo”. Antes de dar la clase quiero darles algunas aproximaciones. Como vimos, el romanticismo tuvo la entrada, por allá en el año 1830 aproximadamente, y va éste hasta 1868 que es una fecha referente para el ingreso del realismo en España. La revolución denominada “La gloriosa” tuvo como consecuencia la caída de la reina Isabel II de Inglaterra, y la supuesta victoria de la burguesía. Particularmente en España la transición entre el romanticismo al realismo se da inicialmente con Fernán Caballero y Pedro Antonio de Alarcón. Ya en 1870 con la obra “La fontana de oro” del escritor Benito Pérez Galdós se abre de manera plena el movimiento. Durante esta época se dan algunas técnicas narrativas que van a hacer fundamentales en el desarrollo de la literatura universal, y van a surgir grandes escritores en toda Europa entre otros: Balzac, Stendhal, Flaubert, Dickens; y los rusos Tolstoi y Dostoyevski. En España tiempo atrás ya habían tocado el modelo realista de narrar, y este se había hecho en la novela picaresca del siglo XVII. Cervantes inclusive fue ejemplo para Galdós y claramente se puede ver en su novela Tristana, a la referencia de la clase popular en la narraciones se les une la tradición costumbrista. Los escritores españoles se unen a la propuesta europea en la medida que sus labores intelectuales van seguidas de una exhaustiva observación y documentación sobre sus referentes para la composición de la novela. Hay que tener en cuenta que las técnicas junto con los temas seleccionados estarán a tono con la línea ideológica de cada escritor;

domingo, 30 de marzo de 2014

Adelante románticos

Hola chicos. Vamos a tratar de entender el romanticismo dentro de los marcos literarios, tomando de base algunos conceptos que nos da el sicoanálisis, y otros que los podemos ver desde la hermenéutica; ya con estos parámetros podemos ver con mejor tino la obra que se ha propuesto: “Don Juan Tenorio” de José Zorrilla. A continuación voy a dar los conceptos que deben conocer, para que puedan responder a la socialización, esta semana y ajustar, criterios para la evaluación que se hará en torno a las lecturas del texto en mención y el ensayo sobre el tema del donjuanismo. En cuanto hace relación a la novela “Marianela” vamos a leerla una vez concluyamos por completo el tema del romanticismo.

NARCISISMO


Concepto psicoanalítico. Basándose en el mito de Narciso (personaje mítico griego que se enamoró de sí mismo), Freud denomina narcisismo al proceso por el que la libido se dirige hacia uno mismo. Este amor a sí mismo es inevitable en el desarrollo de la persona pues precede al amor hacia otros. El niño supera el narcisismo cuando sustrae parte de su amor a sí mismo y lo dirige primero hacia los padres y después hacia los demás.

HEDONISMO PSICOLÓGICO

Teoría para la cual la motivación fundamental del ser humano es la búsqueda del placer y la huída del dolor. En filosofía encontramos esta tesis principalmente en la escuela de Epicuro, y en psicología en varias corrientes: el psicoanálisis (recordemos, por ejemplo, la importancia que Freud otorga al principio de placer como resorte básico del Ello) y, con más claridad en el conductismo de Skinner y su referencia a los refuerzos y los castigos como modelos básicos del aprendizaje en humanos y animales.
COMPLEJO DE EDIPO

Concepto psicoanalítico. Inclinación erótica del niño hacia la madre, acompañada de hostilidad y celos hacia el padre. Su presencia es fundamental para la aparición de inclinaciones eróticas hacia el sexo opuesto, pero es preciso superarlo para conseguir una sexualidad y personalidad normal. El complejo de Edipo se desarrolla entre los tres y los cinco años, llega a su punto culminante en la fase fálica y declina en el período de latencia con la aparición del superyó.


http://www.e-torredebabel.com/Psicologia/Vocabulario/Psicologia-Vocabulario.htm

domingo, 16 de marzo de 2014

Tercer periodo quinta semana

Seguimos entre románticos
La gran importancia que tiene este periodo histórico, en relación con el tiempo que nos dedicamos no ha sido lo suficiente, así que, vamos a seguir trabajando una semana más, antes de entrar al realismo Español, que es cuando se va a leer la novela “Marianela”. Para dar resonancia al taller que vamos a trabajar esta semana en torno a la obra literaria “Don Juan Tenorio” de José Zorrilla, voy a presentar un ensayo de la revista Argentina de psiquiatría. 
“El mito es el sueño colectivo, y el sueño el mito privado” Joseph Campbell.
Introducción
Fuente de inspiración para muchos autores, la figura de Don Juan ha ganado muchos seguidores en la realidad cotidiana. Para estos personajes narcisistas, enamoradizos e inescrupulosos, amados y envidiados tanto como odiados, todo vale a la hora de conquistar a una mujer. Sus orígenes literarios y una mirada en su psicología nos permitirán comprender mejor a estos seres seductores pero temibles, a los que se les puede asignar aquella frase de Oscar Wilde: siempre terminan destruyendo lo que aman. 

Don Juan en el arte

El personaje de Don Juan no tiene realidad histórica, aunque se haya inspirado en seres con existencia real. A diferencia de Giovanni Jacopo Casanova (que es otro paradigma del eterno seductor ), un veneciano que escribió sus memorias describiendo hazañas eróticas de todo tipo -casi gimnásticas-, el Don Juan es una creación literaria. 
Muchos escritores se dedicaron a él, entre los que se cuentan genios de la talla de Corneille, Molière y Rostand en la lengua francesa; lord Byron -que con este tema escribió un poema épico- y Bernard Shaw en la inglesa. Pero la versión más conocida por nosotros, quizás la primera, es la del escritor y monje español Tirso de Molina, quien nació en el siglo XVI. Se la conoce como “El burlador de Sevilla” y en ella, entre otras andanzas, se nos cuenta que Don Juan mata al comendador de esa ciudad cuando éste quiere vengar el honor mancillado de su hija. Luego, en el curso de una cena, en una de sus tantas bravuconadas, invita al espíritu del asesinado a que se presente, ya que él no teme su venganza. En realidad, la que se presenta a la fiesta es la estatua erigida en homenaje al comendador de Sevilla: es el famoso “convidado de piedra” que termina enviando al infatuado personaje a los infiernos. Dentro de la lengua española hay otro autor, José Zorrilla, quien retoma esta obra, pero termina redimiendo a Don Juan Tenorio al esposarlo con su verdadero amor, Doña Inés. 
Los músicos no estuvieron exentos de la fascinación que produce esta figura; grandes compositores como Gluck y Richard Strauss le rindieron culto con sus obras. Sin lugar a dudas el caso más famoso es la ópera Don Giovanni de Wolfgang Amadeus Mozart quien, con libreto de Lorenzo Da Ponte -quizás influenciado por Tirso de Molina-, compuso esa obra inmortal donde el protagonista también es enfrentado por la estatua de piedra y condenado al fuego eterno. La ópera introduce al joven Leporello, que siempre acompaña a Don Giovanni, y en quien algunos han querido ver, cual alter ego, una vertiente homosexual del eterno seductor. Leporello es quien nos dice: 
“Un catálogo tiene que yo he hecho; observad, leed conmigo. En Italia seiscientas cuarenta; en Alemania, doscientos treinta y una, cien en Francia, en Turquía noventa y una ¡ pero, en España, pero en España ya van mil tres, mil tres, mil tres!” 

Algunas interpretaciones sobre el donjuanismo 

Los donjuanes cotidianos se asemejan mucho al de la ficción; son individuos que necesitan seducir todo el tiempo, que aparentemente se enamoran del sujeto amado, pero una vez que lo han conseguido lo abandonan. No pueden quedar fijados en una persona determinada. Al igual que el personaje mítico son anarquistas del amor (1). Ignoran la felicidad, la virtud y la decencia. Consideran válida cualquier arma para conquistar, son los que dicen: en la guerra y en el amor todo vale, ya que los sentimientos hacia la otra persona no son tenidos en cuenta. Sólo les interesa el instante de placer, y el triunfo permanente sobre la mujer que someten y el marido o novio que logran burlar. El escritor mexicano Carlos Fuentes, en su libro “Terra Nostra”, pone en boca de Don Juan esta frase: “porque ninguna mujer me interesa si no tiene un amante, marido, confesor o Dios al cual pertenezca y si al amarla no mancillo el honor de otro hombre”. 
El varón con conductas donjuanísticas percibe al amor como algo deportivo, como una competencia permanente y esto lo vemos en el personaje literario que juega apuestas con otros varones desafiándolos a que traten de conquistar mayor cantidad de mujeres que él. En la ópera de Mozart, Don Giovanni lleva una larga lista -como narraba antes el joven Leporello- donde anota los nombres de sus seducidas. 
Una teoría interesante, se refiere a los sentimientos homosexuales latentes del Don Juan (2) quien, al llevarse a la cama a la mujer de otro, también estaría acostándose con el esposo o novio ultrajado. En Casanova, Caballero de Seingalt (como gustaba de llamarse a sí mismo), también aparecen rasgos sexuales equívocos en sus amores con mujeres trasvestidas como varones o muchachos jóvenes (3). Su narcisismo extremo lo lleva a revelar su esencia: “Pensé en casarme con ella cuando la amaba más que a mí mismo, pero cuando me alejé de su lado descubrí que el amor que sentía por mí mismo era más fuerte que el afecto que ella me había inspirado”. De esa manera , nos dice el psicólogo y sexólogo Roberto Rosenzvaig, “su aparente hedonismo de carácter absoluto oculta el desprecio por el placer compartido, porque su acción se convierte en un monólogo narcisista. Según Foucault los dos grandes sistemas de reglas que Occidente ha concebido para regir el sexo - la ley de la alianza y el orden de los deseos- son destruidos por la existencia de Don Juan”. (4) 
Otra hipótesis más conocida atribuye al seductor crónico la búsqueda desesperada del personaje materno y el intento de recuperar a la madre en cada mujer. Pero, si esto se concretara en sus fantasías edípicas, inmediatamente tendrían que abandonarla porque de lo contrario significaría mantener relaciones con la mujer que lo ha traído al mundo, lo que los lleva a su eterna dificultad de amar a quien desean: son los que, acuciados por el fantasma del incesto, “cuando aman no pueden anhelar, y cuando anhelan no pueden amar”, en las palabras de Freud (5). 
El estilo seductor puede tomar los rasgos de una verdadera compulsión; en este sentido es que el psicólogo Stanton Peele los define como adictos, en el sentido de que la adicción “es una experiencia nacida de la respuesta subjetiva y rutinizada de un individuo a algo que para él tiene un significado especial, algo que le da tanta seguridad y confianza que sin ello no puede vivir” (3). El mito descubre así “una característica del imaginario erótico masculino, corporizado en la posesión, la dominación y el libertinaje, que habría de campear hasta nuestro propio siglo y sobre la que se fundamenta la conquista compulsiva” (4). 
A pesar de que el escritor Albert Camus decía que Don Juan se enamoraba de todas las mujeres, quizás intuimos que él cree estar enamorado; pero ese sentimiento es algo tan fugaz, que podríamos sospechar que nunca lo está. En todo caso constituye un deseo de tipo platónico: como verdadero amor nunca llega a concretarse. Platón decía que uno desea lo que no tiene; es lo que pasa con el Don Juan: una vez que posee lo que deseaba ya no le interesa más. Lo mismo ocurre si la mujer se enamora de él, esto es suficiente para que él la abandone. A veces ni es necesario que hayan mantenido relaciones sexuales, basta que le demuestre que estaría dispuesta a hacerlo para que se torne una victoria para él. Si la mujer que elige como presa le es indiferente, o no cede ante su artillería seductora, el Casanova se vuelve obstinado. Lo más probable es que si lo rechazan se encapriche y, valiéndose de todas sus artes, insista hasta conquistarla. (6)
¿Es el Don Juan una persona feliz?, se podría preguntar. Siguiendo con los arquetipos podemos citar el caso de Casanova, quien vivió sus últimos años en la ruina, olvidado en una biblioteca pública donde trabajaba como empleado, sin amigos, sin familia, sin dinero (7). Y no debemos olvidar que el Don Juan literario termina condenado a los infiernos. Si nos remitimos a la realidad, llegada cierta etapa de su vida, el Don Juan se encuentra con una limitación física para sostener su seducción; ya no puede resistir el ritmo de una maratón amatoria. En el film de Scola, “La noche de Varennes”, vemos a un Casanova ya viejo -interpretado por Mastroianni-, quien se encuentra con una mujer joven que queda prendada de él, o quizás de su fama, y el eterno seductor, ya vencido, le dice: “te encontré demasiado tarde en la vida y vos me encontraste demasiado temprano”. Al final, después de tanto seducir y abandonar, se encuentra con la soledad y esto comienza a pesarle. Me estoy refiriendo a un sujeto de 40 a 50. Muchos de ellos, pese a la edad, siguen viviendo con su madre, lo que corrobora la interpretación edípica del donjuanismo. La madre es la única mujer que no ha podido timar y, de alguna manera, se ha casado con ella. Los donjuanes suelen divertirse con el sufrimiento ajeno: tienen razón las mujeres que los tildan de desalmados. Al menos no consideran al amor de la manera profunda y comprometida con que lo hace el común de la gente. Para ellos no existe el amor perdurable que motiva al otro, que enaltece; el suyo es un amor fugaz, que destruye (6). Esto se explica porque, en su seducción indiscriminada, estos seres no ven a las personas como tales, sino como personajes de sus propias fantasías; son los objetos de un botín al que aspiran. Para el Don Juan no siempre es imprescindible la posesión sexual; si sólo le bastara lo carnal, aceptaría mantener relaciones con prostitutas, sin embargo éstas son mujeres a las que no les interesa seducir. Salvo estos casos, las demás le dan lo mismo: lindas o feas, jóvenes o viejas, exitosas o desdichadas, todas son iguales ante sus ojos. Lo más importante es el sometimiento de la voluntad. Por su narcisismo incorregible basta que una mujer le evidencie su entusiasmo, su admiración hacia él, que lo haga sentirse irresistible, para que goce con su aventura. Desde el lado femenino podría decir que, tengan o no una aventura con ellos, se sienten atraídas en un primer momento o, por lo menos, consideran interesantes a estos personajes. Es que el Don Juan vive seduciendo: si está reunido con amigos y llega una mujer, de inmediato cambia de actitud. Su instinto lo pone en alerta, le previene que ha llegado una presa. No necesariamente, aunque en el imaginario colectivo se lo vea así, ser un Don Juan significa tener más aptitudes para la sexualidad. El mérito mayor, si es que lo tiene, es su facilidad para halagar la sensibilidad femenina: saben darle a cada mujer lo que ella está necesitando. En este sentido son personajes camaleónicos que se metamorfosean con la persona que tienen al lado: perciben muy rápido los gustos, debilidades, preferencias y carencias de la mujer, y con esos datos manejan la relación. Con respecto a la sexualidad habría, en todo caso, una mayor actitud que aptitud. No se trata de que sea un superamante o un superdotado, sino de su habilidad especial para captar el tiempo sexual de su compañera. Hay quien podría pensar en una manifiesta inmadurez afectiva en estos personajes. La crisis que suelen tener cerca de los 50 se enlaza con su mundo de afectos insatisfecho, devastado. A esa edad, quien hasta ese momento sólo había sabido seducir y abandonar, se da cuenta que sus amigos están casados, que no tiene hijos, quizás sus mayores han muerto, y él ya no puede gozar de tanta compañía femenina como a los 20 o 30. A esto se suman los comentarios sobre su persona : ”¿Cómo puede ser que todavía no se haya casado?”. Tras esta pregunta puede aparecer el fantasma de la homosexualidad y comienza a tambalear su imagen social de la que tanto alardeaba (una característica de estos individuos es pavonearse con sus hazañas). Todo esto deriva en conflictos que evidencian su fragilidad emocional, sus carencias afectivas, su inmadurez para mantener una relación de pareja fuera de los parámetros a los que estaba acostumbrado. Si bien hay casos que esta crisis los lleva a replantearse su existencia y desean formar una familia, hay otros que llegan a los consultorios buscando - como decía un paciente- “que le vuelvan a dar energía para continuar en carrera”. Si recuperan su autoestima algo alicaída, se ríen de los comentarios que los llevaron a ese trance y quieren seguir con sus conquistas. Otros, los más sensibles e inteligentes, quieren asentarse y tener hijos; se sienten urgidos por la edad y buscan ayuda para encaminar sus vidas (6). Para lograr lo anterior deben cambiar la imagen que tienen de la mujer ya que son machistas, con una visión distorsionada de las mujeres. De hecho, el sexo femenino es algo que Don Juan manipula a su antojo para conseguir satisfacción. Él justifica esta actitud desamorada con una explicación muy práctica: “ya no siento eso que sentía, lo que hubo entre nosotros se acabó, debo buscar algo nuevo”. Se podría suponer en una vertiente fóbica en estos personajes, con una necesidad de poner distancias en los contactos afectivos duraderos, ya que serían vistos como una amenaza de castración. Lo cierto es que, en algunos casos, la fobia ante la figura femenina -objeto fobígeno por excelencia para el Don Juan- es trasmutada en una actitud de embeleso y seducción permanente. Conclusiones Hay quienes piensan que son unos triunfadores en el campo amoroso tanto como en otro orden de cosas, pero no confirmaría tal paralelismo. Si bien el Don Juan cree dominar a la perfección las artes amatorias, puede no tener la misma habilidad para estar al frente de un negocio, seguir una carrera universitaria o asumir el compromiso de la paternidad. Su elemento fundamental, su materia básica y leit motiv existencial es la seducción, donde los demás lo suponen un experto. Pero los años pasan y si con 60 pretende seducir a mujeres de 20, no va a tener mucho éxito y quedará ridiculizado, fuera de contexto. Lo que hacen otros Casanovas es guardar el espíritu guerrero para una que otra ocasión en la que se permiten un desliz. Pero antes que nada se aseguran una buena contención afectiva a través del matrimonio y la paternidad: algunos llegan a ser excelentes padres. Otro aspecto a destacar es la actitud frente al mundo varonil: también seduce a sus compañeros desde su virilidad, contándole sus hazañas, presentando sus nuevas conquistas. Si la reciente aventura del eterno seductor es joven y bonita, y el amigo del Don Juan es casado, se produce la combinación ideal para que nuestro personaje se convierta en un ideal del yo, porque él impresiona como logrando todo lo que el otro no puede. Esto se acentúa en un sociedad patriarcal y falocéntrica, es por ello que causan tanta fascinación. Él sabe y puede, al menos en lo que a conquistas amorosas se refiere. En cuanto al contacto auténtico y hondo, enaltecedor, de solidaridad, compañerismo, amor y compromiso, termina siendo un patético fracaso. 

Bibliografía 

(1) Sapetti, A.; Rosenszvaig R.: Sexualidad en la pareja. Editorial Galerna, 1987, Bs. As. 
(2) Kaplan, H.; Sadock, B.; Grebb. J. : Synopsis of Psychiatry, 7th edition. Williams & Wilkins, 1994, Baltimore, USA. 
(3) Rosenzvaig, R.: La pareja al desnudo. Editorial Sudamericana, 1994, Bs. As. 
(4) Rosenzvaig, R.: Los fantasmas del amor. Editorial Sudamericana, 1996, Santiago de Chile. 
(5) Freud, S.: “Sobre una degradación general de la vida erótica”, en : Ensayos sobre la vida sexual y la teoría de las neurosis. Obras completas, Editorial Biblioteca Nueva, 1948, Madrid. 
(6) Sapetti, A.: Los varones que saben amar. Editorial Galerna, 1996, Bs. As. 
(7)Trachtenberg, P.: El complejo de Casanova. Editorial Sudamericana, 1992, Bs. As. Dr. Adrián Sapetti. Publicado en: Revista Argentina de Psiquiatría Forense, Sexología y Praxis, de la Asociación Argentina De Psiquiatras, Año IV, Vol. 2, N° 2, Mayo De 1997, Bs.As. 

 http://www.sexovida.com/colegas/donjuan.htm
vamos a observar entonces lo que nos trae José Zorrilla en la obra de teatro "Don Juan Tenorio". para que hagas más dinámica la actividad de ver la obra, te invito a que te consigas el libro y vayas siguiendo los diálogos, verás que es una experiencia bastanta grata, ver como los personajes le dan vida al texto.

http://www.youtube.com/watch?v=C-ZS8GuLPUA

Y para completar los textos que vamos a trabajar en el Romanticismo te traigo un texto del considerado romántico por antonomasia de la literatura Española: Gustavo Adolfo Becquer y su obra "Gnomo". 

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/becquer/el_gnomo.htm

Espero disfruten de los textos. Ya en clases hablaremos de los talleres que le siguen a la lectura.

domingo, 9 de marzo de 2014

De la razón al sentimiento

Tercer periodo cuarta semana.
Antes de dar inicio a esta semana de trabajo, tan importante en el curso que estamos viendo de la literatura española, quiero dar gracias por la paciencia que han tenido los estudiantes, a la espera de mi publicación, que como ya saben, obedeció al fallecimiento de mi amada nieta Valeria.
la semana que pasó, se estuvo trabajando la continuación de la época en la que España estaba sumergida en el siglo XVIII con el resto de países europeos, inmersos en las ideas ilustradas; de estas condiciones sociales, políticas y económicas surgen pensadores españoles de la talla de Jovellanos, que abre el abanico de la educación para todos y lo proyecta en términos de producción, como ya lo vimos en el ensayo de Olegario Negrín Fajardo, y de otro lado como pensador ilustrado al fraile Feijoo, quien de manera valiente y a pesar de su investidura toma posición frente al papel de la mujer en la educación; curioso es ver como un representante de la iglesia se debate entre la sotana y la justicia, en un medio donde la religión parece controlar todo e imbricada en un machismo a ultranza. Para completar el pensamiento de la ilustración con una obra literaria representativa de la época, leímos a Leandro Fernández de Moratín en su magistral obra, “el sí de las niñas” y de otro lado como contraste la obra del Francés Moliere “El Avaro”.
Bueno jóvenes, ahora, cuando se cumple la cuarta semana vamos con los siguientes compromisos:
Inicialmente abordaremos el romanticismo en España dentro del marco histórico y cultural, luego validaremos el conocimiento de la ilustración, los autores reseñados, la obra literaria leída en clase y la comprobación de lectura de los capítulos del libro “las mejores aventuras de Quijote” hasta el LII. finalmente para completar el marco literario correspondiente al romanticismo leeremos el texto “Gnomo” del escritor Gustavo Adolfo Bécquer y haremos un taller sobre la película “Don Juan tenorio” del escritor José Zorrilla.
Romanticismo


El siglo XIX es la continuación de una época de grandes pensadores y de ideas que transformaron la historia de la humanidad, la revolución francesa y sus consecuencias, dan un giro vital, ya lo vimos con la educación, el tratamiento hacia las mujeres, que aunque no se lograron superar del todo el comportamiento hacia ellas, si fue importante en ése momento; vamos ahora, de esa claridad y ese afán de justicia y exaltación de la lógica, a un movimiento que trae una nueva visión del mundo:
“Bertrand Russell dejó escrito que el momento más alto del romanticismo europeo no había sido un poema, ni un lienzo, ni una sinfonía, sino la muerte de Byron en Missolonghi, luchando por la libertad de Grecia. Quería expresar con ello que el romanticismo no fue una mera escuela pictórica, un movimiento poético o musical, sino una actitud vital, el espíritu de las generaciones humanas a fines del siglo XVIII y a comienzos del XIX, una manera de asumir el mundo y nuestra presencia en él”. Escribe William Ospina.
Igualmente Emilia Pardo Bazán da su concepto de romanticismo a través de esta glosa de su libro “La cuestión palpitante”:
“No se limitaba el Romanticismo a la literatura: transcendía a las costumbres. Era una de las señas particulares haber puesto en moda ciertos detalles, ciertas fisonomías, las damiselas pálidas y con tirabuzones, los héroes desesperados y en último grado de tisis, la orgía y el cementerio. Varió totalmente el concepto que se tenía del literato: desde el advenimiento del Romanticismo se convirtió en un calavera misántropo, al cual las musas atormentaban en vez de consolarle, y que no andaba, ni comía, ni se conducía en nada como el resto del género humano, encontrándose siempre cercado de aventuras, pasiones y disgustos profundísimos y misteriosos. Y que no todo era ficticio en el tipo romántico, lo prueba la azarosa vida de Byron, el precoz hastío de Alfred de Musset, la demencia y el suicidio de Gerard de Nerval, las singulares vicisitudes de George Sand, las volcánicas pasiones y trágico fin de Larra, los desahogos y vehemencia de Espronceda”. Para cerrar esta introducción del romanticismo dejo una pequeña muestra de la película de Gonzalo Suárez “Remando al viento” en ella se verán las vidas de tres de los más destacados escritores románticos europeos: Percy B. Shelley, Mary Shelley y el controvertido y excéntrico Lord Byron, invito para que vean no solo el fragmento, sino, la película en su totalidad.

Espero que disfrutemos de este momento tan especial de la historia de la literatura.